domingo, 9 de enero de 2011

LOS NIÑOS PEQUEÑOS Y LOS LIBROS

Los libros infantiles pueden resultar muy estimulantes y divertidos, pero por sí solos no van a llegar a las manos de los niños. En las primeras edades esa es función primordial de los padres, el hecho de crear un entorno favorecedor de la lectura, e inculcar en sus hijos desde bien pequeñitos los valores y entretenimientos positivos que ésta aporta. 
Como señala la famosa autora de Pippa Mediaslargas, Astrid Lindgren, es el papel de los padres el que sirve para iniciar el camino de la más extraordinaria de todas las aventuras.
Si desde pequeños los niños están acostumbrados a crecer en un entorno rodeado de libros,  cuando crezcan la lectura será parte de su vida cotidiana como lo puede ser cualquier otro acto.  Esto es muy importante puesto que cada vez los adultos se convierten más en figuras que imponen la lectura como una obligación. En el colegio, durante los primeros años, hay momentos dedicados a los libros y a la interacción con ellos, pero no te lo ponen sobre la mesa. Cuando vamos creciendo, los maestros descargan sobre nuestras mochilas volúmenes que varían desde “Don Quijote de la Mancha” a diversas obras de la historia de la literatura española. Si un niño ha crecido con libros podrá acogerlos de forma positiva, pero, en la mayoría de los casos leerse esos tomos supone un tormento para la mayoría de jóvenes.
Hoy en día, el mercado de literatura infantil ofrece una gran variedad de opciones para los pequeños, y los padres, cada vez están más interesados en este género y piden más información para poder llenar las necesidades y gustos de sus pequeños. Al igual que los padres, los maestros deben preocuparse de esos aspectos para poder llena la clase de cuentos de todo tipo y variedad que los niños puedan devorar.  
Pero no sólo se trata de pequeños, sino también de mayores. En vez de obligar  a leer las obras tal cual se escribieron por sus respectivos autores, cuando las épocas distan mucho de tener cualquier similitud, y en muchos casos, sólo el lenguaje es complejo, los maestros podrían buscar versiones que se han hecho “adaptadas” a la época actual y a las edades correspondientes. Y si ese caso no es posible, hacer una presentación de los libros que resulten atractivos para sus receptores, creando una expectativa y curiosidad que les haga querer coger el libro a toda velocidad.
Ahora bien, dirigiéndonos a infantil, y después de esta meditación de pensamientos, vamos a ver unas pautas que nos guiarán en el proceso de elección de libros acordes a las edades y a los gustos, necesidades y desarrollo evolutivo de los niños.
Libros adecuados antes de empezar a leer
Los niños, como he mencionado unas líneas más arriba, según su momento evolutivo, varían en su psicología, sus necesidades afectivas y culturales, y en sus intereses, por lo que es muy importante acompañarles en sus primeros pasos y elegir los libros apropiados. En estas edades tan tempraneras hay que tener en cuenta sobre todo la forma y material del cuento, puesto que al ser tan pequeños, el libro tendrá una función manipulativa enorme y será un compañero de juegos más del niño. Por ello no hay que preocuparse por si se romperá, porque la respuesta es clara, si no se rompe, algún defectito que otro va a sufrir. Pero esto será para al niño una primera toma de contacto con los libros, lo que debe primar sobre todas las demás cosas. Por otro lado, el niño comenzará poquito a poco a poco con su proceso de decodificación, familiarizándose con los elementos comunes de los libros. La portada, que le mostrará grandes letras de colores que le llamarán la atención, letras negras que unidas forman palabra y dibujos que le irán acercando la realidad que le rodea. Además no es lo único que irán viendo; el proceso lector tomará forma, irán aprendiendo que hay que pasar hojas para seguir la historia así como que las letras van de izquierda a derecha.
Por ello en estas edades son esenciales los cuentos con frases pictográficas que alternan palabras y dibujos. Un ejemplo de ellos son “El poni, el oso y el manzano, de Sigrid Heuck (Juventud) y "Pictogramas en cuentos" (SM).
Libros para bebés de 0-18 meses
El aspecto más importante de este período es que nunca es demasiado pronto para que los padres compartan con sus hijos un ratito de lectura que puede estar perfectamente incluido en la vida cotidiana de los niños (el rato del baño, la comida, antes de dormir…). El hecho de que desde tan pequeñitos escuchen historias viene influenciado también porque la voz del adulto que les resulta tan agradable creará recuerdos muy agradables que estarán asociados a la familia y a esos momentos de lectura.
Pero a esta edad, ¿cómo saber qué debemos ofrecerles?  He aquí la respuesta. Libros con  ilustraciones muy coloridas y estimulantes (algo fundamental) y que permitan la interacción entre el niño y el adulto. Las historias deben tener  texto mínimo para que el niño pueda seguir la historia sin perder  el interés. Como dijimos anteriormente tienen que tener fotografías de objetos familiares que les permiten establecer la conexión entre lo impreso y el mundo real. Y un aspecto esencial que ya mencioné anteriormente es el material, que debe ser resistente y seguro (para que el niño pueda manipularlo a su antojo) y además, un aspecto positivo y enriquecedor para sus sentidos es que el cuento esté hecho de materiales distintos como madera, tela, o la mezcla de diferentes tejidos para que el niño los pueda diferenciar.
Unos libros muy interesantes a esta edad son aquellos que son visualmente muy atractivos, y que están hechos de materiales con diferentes texturas para que el niño pueda experimentar con el tacto, libros que tengan pestañas que hay que mover para que ocurra algo estupendo e incluso libros con sonidos que familiaricen con el entorno. Otros libros estupendos son aquellos que les acompañan a la hora del baño como “Elmer” o aquellos que contienen imágenes de actividades cotidianas que ellos hacen como muestra “Libros del Chiquitín”.
En definitiva a estas edades el colorido y todo lo que se pueda tocar es una experiencia que les atrae, por lo que se decantarán por este tipo de cuentos.
Libros para niños de 18 meses a 3 años
En esta etapa, puesto que los niños se expresan cada vez con mayor corrección, es importante que los libros contengan historias cotidianas, con las que se identifiquen. A esta edad tendrán sus historias favoritas y pedirán que se las contemos una y otra vez, por lo que las palabras y los hechos se repetirán lo que les permitirá recordarlos.
Otro aspecto importante en estas edades es que los protagonistas de los cuentos presentarán diversos contenidos como las letras, los números, los colores… como por ejemplo los libros de “Maysi”.
Como en la edad anterior se pueden citar una serie de características que deben poseer los libros para estas edades como son unas ilustraciones llamativas y fotografías que se puedan observar y que favorezcan la comunicación con los padres acerca de lo que en ellas aparece. También son muy recomendables para estas edades poesías, canciones y juegos acumulativos.
Hay cuentos con argumentos basados en historias acerca de ocasiones especiales, como el  nacimiento de un hermano, una fiesta de cumpleaños… que le permiten al niño aprender a afrontar esas situaciones nuevas, siempre a través de un texto e imágenes equilibradas. Son una forma de que sientan identificados con lo que les pasa o han vivido al ver cómo los protagonistas de otros cuentos pasan por lo mismo. Es un método para tratar los sentimientos que los niños experimentan y que, en muchas ocasiones, no saben cómo tratar.
Todos estos cuentos les sirven para afianzar sus progresos lectores y haber hecho una buena toma de contacto con los libros antes de llegar a la escuela. No hace falta que sepan leer, si se les inculca una buena recepción lectora, serán capaces de absorber imágenes que les acercan a la lectura. Ésta establecerá las bases de su imaginación, que se crecerá con ellos cada vez más a medida que van leyendo. La lectura les hará tener recursos para todo tipo de ocasiones desde bien pequeños, ya sea en el juego, en clase, en la vida cotidiana… la creatividad que ésta les ayuda a desarrollar y utilizar no tiene límites.
Algunos ejemplos de estos libros son “No duermes osito” y “Adivina cuánto te quiero”, los cuales tuvimos la oportunidad de leer y ver en clase, “La oruguita glotona” (que tuve el otro día en las manos, y me encantó) y “Julius, el rey de la casa”.
Libros para niños de 3 a 5 años
Para esta edad hay que buscar historias que les diviertan de forma sencilla, y, si son contadas por un adulto, debe ser de tal manera que a los niños les resulte atractiva para que no pierdan el interés. La hora de antes de irse s dormir es idónea para este rato de lectura conjunta.
En esta etapa el niño irá desarrollando sus gustos, por lo que irá eligiendo los cuentos que quiere leer o que le lean. Será bueno que vaya siguiendo las palabras con el dedo según se lee el cuento para que siga desarrollando la decodificación.
Además de desarrollar gustos propios, les encanta leer acerca de lo que es “incorrecto” como las cacas; un ejemplo de ello es “El topo que quería saber quién se había hecho aquello en su cabeza de Werner Holzwarth,  algo que divertidísimo para ellos. También les gustan libros protagonizados por animales que se comportan como niños como por ejemplo “Osito (Alfaguara), ilustrado por Maurice Sendak. Son personajes en los que los niños se ven reflejados porque tienen sentimientos y miedos al igual que ellos. Un ejemplo es “Un chico valiente como yo de Hans Wilhelm (Juventud), que les ayuda a vencer lo que les asusta (monstruos, pesadillas u oscuridad nocturna).
El sentido de algunos relatos
Es en este momento cuando la palabra miedo. Qué hacer cuando algunos relatos contienen pasajes o personajes terroríficos. Debemos saber cómo contarlos, pero no debemos omitirlos. Al principio al niño puede que le cree ansiedad, pero conforme se vaya familiarizando con la historia será una parte más natural del libro, que sabe que está presente. Si no le contamos ninguna parte porque pensemos que le va a dar miedo, el niño no descubrirá el significado de la victoria final. Al sentirse identificado con los personajes lo asimilará como un posible sentimiento más con el que se identifica. Nuestra función como futuros padres y maestros, es saber cuándo y cómo contarlo, para ir avanzando en este proceso que representa el temor.
En conclusión, queda claro que los padres forman el eje del hábito lector del niño. Si desde pequeños les inculcamos este interés por la lectura será algo que continúen a lo largo de su vida hasta que lleguen a formar su propio criterio de selección y vuelvan a empezar para enseñar a sus hijos. Pero este proceso no debe descuidarse, debemos seguir a su lado durante todas sus etapas, porque cuanto más cuidado esté este proceso, mejor hábito selección lectora habrá.
Recordad: los mayores somos su modelo lector.


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